La Albirroja encontró el gol sobre el final del primer lapso, por intermedio de Antolín Alcaraz, e ilusionó un buen rato. En el complemento, cuando Italia ajustó algunas cuestiones en las que se vio superado al inicio, llegó la paridad por intermedio de De Rossi. Las anotaciones fueron una demostración de provecho a situaciones trabajadas con balón detenido. La nuestra luego de un tiro libre, y la de ellos tras un córner que Justo Wilmar soñó que iba a cortar. ¿Conclusión? Y, no nos pasaron por encima en el debut, je. La selección paraguaya inició el Mundial sudafricano con una paridad a 1 contra Italia, en partido ácido que tuvo la eficacia en balones detenidos como principal nota distintiva.
El primer tiempo presentó dos situaciones claras, al mismo tiempo extremas. Primeramente la demostración, la clase y ratificación que exhibió Paraguay a la hora de presionar al rival forzándolo al error. Molestó la albirroja. Alejó a Italia de la portería de Justo Villar, aunque sin embargo también mostró cuánto le costó llegar a posiciones claras, en terreno ajeno.
Decir que la primera situación de peligro fue a favor nuestro no es faltar a la verdad. Tampoco, que tardamos 20 minutos para generarla. Y tercero, que en este tipo de torneos cortos, lo recomendable es acertar la que se presenta a favor. En este caso, en este avance puntual, Aureliano Torres se acomodó para pegarle cruzado y lo hizo de forma mordida. Lejos, afuera su remate. Por lo demás, Nelson Haedo y Lucas Barrios, en lógica inferioridad numérica, se las ingeniaron para ir a atropellar esa barrera de cuatro defensores de remera azul. Más que eso, nada.
El seleccionado que conduce Marcelo Lippi no hizo otra cosa que entender el juego paraguayo. Intentó imponer fortaleza en la discusión del balón, expresando esa virtud sobre todo en el sector medular. De allí en adelante tuvo casi nada, a raiz de una total falta de conexión con los hombres de ofensiva.
Sin embargo, a los 38 minutos y en una zona alejada a la portería de Giaunluigi Buffon, Haedo fue víctima de una infracción que Paraguay se encargó de convertirla en negocio. Torres efectuó el centro al corazón del área y del testazo se encargó Antolín Alcaraz, el jugador que se ganó la posición y que tras el Mundial se acoplará a Wigan de Inglaterra.
Golazo en lo más significativo que hizo el equipo de Gerard Daniel a nivel de intención concreta.
No hubo tiempo para más y a descansar señores.
La etapa complementaria mostró credenciales de inmediato. Con un Paraguay motivado, casi acelerado, y a una Italia conciente que era su tiempo, en pos de revertir la historia. Luego de una gran guapeada de Lucas Barrios, quien atropelló con cooperación de Haedo, el balón le quedó a Enrique Vera, quien le pegó con toda la rabia, de derecha y casi se le metió a Federico Marchetti, el arquero alternativo que ya en el vestuario le reemplazó al capitán de Juventus.
De a poquito, el azul fue frecuentando los metros decisivos. Así y todo no le asfixió a la selección nacional. El dominio pasó más por la tenencia del esférico. Con Paraguay priorizando el sacrificio, llegó el gol del empate: Un mérito italiano, combinado con una cobertura fallida de Justo Villar. El córner llegó, el portero intentó interceptarlo, pero le pasó, quedándole a De Rossi, quien solamente empujó. Gol a los 17'-
Cuando eso ya estaba Santana en el terreno de juego. A partir de allí le siguieron Roque Santa Cruz, en detrimento de Haedo, y Cardozo por Barrios. Durante el período post anotación italiana, Paraguay no generó acciones de relieve, mientras que el contrincante se dedicó a probar a Villar de larga distancia y a media altura. En todas las situaciones respondió óptimamente el arquero.
Ofreciendo el seleccionado campeón del mundo vigente una imagen de mayor convicción en el último cuarto de hora, se despidió el primer partido de ambos en el Grupo F. Mientras que el domingo jugaremos contra Eslovaquia, a las 7.30, a segunda hora se verán Nueva Zelanda e Italia.
